Sin embargo, este giro de los acontecimientos resulta en un apasionado y feroz revolcón entre Ava y una (variedad de) maestros árabes en el salvaje mercado del viernes. La sensación de su energía lujuriosa mientras exploran cada centímetro de ella palpitando a través de sus manos, bocas y lenguas deja cada placer sin tocar. Una experiencia cruda y desinhibida.